Después de toda depilación, ya sea con cera o con máquina, la piel se vuelve muy sensible, de ahí que aparezcan ciertos granitos rojos. Para intentar que nuestra piel no sufra más de lo debido, podemos aplicar algún que otro remedio casero como los siguientes.
Justo cuando termines de depilarte completamente, puedes aplicar sobre la zona para refrescarla, el resultado de una infusión de romero y otra de manzanilla. Mejor hacerla un tiempo antes, ya que necesitaremos que esté fría completamente.
La iremos aplicando con suaves masajes por toda la zona enrojecida. La manzanilla posee acciones calmantes, por ello, también podrás mezclar esta infusión con un poco de leche de almendras y una cucharada de vaselina.
Cuando esté todo mezclado, aplicaremos esta especie de crema hasta que la piel la vaya absorbiendo poco a poco. La vaselina hidratará la piel y la leche de almendras la deja mucho más suave y tersa.