Cuando eras pequeño y te entraban ganas de ir al baño, puede que no te acuerdes, pero seguro que no ibas a sentarte en una silla. Estamos condicionados genéticamente para ir al baño en cuclillas. No lo hacemos así porque tenemos váter y es más cómodo usarlo.
Hacerlo sentados es como caminar de rodillas. No es que no podamos. Somos capaces de hacerlo pero para ello tenemos que forzar al cuerpo. Piensa en la cantidad de veces que vas al baño en un año. O en una década. El cuerpo no está preparado para soportar esa postura errónea durante tanto tiempo y acabamos provocando problemas de lo más variado: desde estreñimiento hasta fisuras o diverticulitis.
Muchas veces la solución es simplemente hacerlo de cuclillas. En la posición natural, todo es más sencillo. Empieza a ir de cuclillas o usa un accesorio como Decuclis para imitar esta postura en el váter. Este breve video lo explica un poco mejor.