Cuando una persona sufre de hipertensión, lo primero que tiene que revisar es su dieta. El consumo de sal no le favorece, es por ello, que si no puedes vivir sin este añadido, entonces podrás optar por las sales dietéticas que te ayudarán a darle sabor a tus platos favoritos.
Así como el azúcar tiene a la sacarina como sustitutivo, la sal convencional tiene dos opciones diferentes que podrán amoldarse a tus necesidades. Por ejemplo, la primera es la que se denomina sal sin sodio.
Este tipo de sal, no suele venderse en lo supermercados, sino que la encontrarás en farmacias. No es muy aconsejada para los que tienen algún tipo de problema renal.
Por otro lado, tenemos la sal con un poco de sodio que viene de alimentos como el apio o la cebolla. Seguro que tanto con una como con la otra opción, podrás disfrutar de platos llenos de sabor.