Es un problema que afecta a muchas personas, aunque en algunos casos, tiene una solución más sencilla, ya que solo aparece cuando cambiamos nuestros hábitos por otros menos saludables. Cuando padecemos de retención de líquidos, tenemos que tomar cartas en el asunto antes de que derive en peores consecuencias.
Los síntomas más comunes cuando esto aparece son el cansacio, sin tener motivo aparente para ello, notaremos las piernas cansadas, además de algún que otro calambre en ellas. También podemos apreciar un aumento de peso.
La causa más frecuente de la retención de líquidos es la mala circulación. El primer paso es eliminar la sal de las comidas, además, hay muchos alimentos que contienen otro tipo de sales, por lo que nuestro organismo no tiene por qué notar esta carencia.
Tendremos que beber mucha más agua y reducir los azúcares, entre los que se incluyen dulces y bollería. Aumentar también el consumo de frutas y verduras e intentar consumir alimentos ricos en fibra. Sin duda, practicar deporte como caminar, nos ayudará en nuestro objetivo.