Hoy vamos a hacer una receta muy sencilla que no nos llevará más que unos minutos. Será ideal para esas visitas inesperadas o como aperitivo, ya que resulta un entrante de lo más sabroso y con unos ingredientes muy recomendados. Dos ingredientes principales: queso y bacon.
También puedes optar por el jamón york si hay niños, ya que es mucho más sano y con menos sal, pero justamente yo tenía el bacon y decidí probar con él. Necesitas unos 250 gramos de queso ( yo lo usé ya rallado) y otros 250 de bacon o jamón troceado.
Se ralla el queso, si no lo has hecho ya y se va uniendo con los trocitos de jamón, hasta formar una especie de pasta que moldearemos en pequeñas bolitas. Las dejamos reposar, mientras colocamos tres cuencos con: un poco de harina, huevo y pan rallado.
Pasaremos cada bolita por esos platos y en ese orden, para luego freírlas con abundante aceite bien caliente. Al sacarlas, recuerda de ponerlas sobre papel de cocina, para que absorba todo el aceite. ¡Buen provecho!.