Los primeros meses de vida de nuestro bebé, podríamos denominarlos como meses de adaptación a este nuevo mundo, fuera del vientre de la madre. Es por ello, que debemos de prestar atención a su evolución y sobre todo, a su intestino, ya que pueden formarse gases o estreñimiento.
Si el bebé llora a menudo por problemas de cólicos y porque está estreñido, entonces lo mejor es aumentar el consumo de frutas como naranja, mandarina o la papaya, ya que contienen más fibra.
No podemos olvidarnos de los vegetales que también nos ayudarán en este propósito. Aunque si es todo lo contrario, que en lugar de estreñimiento, el niño tiene el intestino suelto, entonces cambiaremos las cosas.
Para ello, la manzana y la pera son la mejor opción, así como echar unas gotitas de limón en la papilla de la merienda. Podremos acompañar estas comidas, de unos suaves masajes en su abomen que aliviarán los dolores, hasta que el cuerpo se aclimate el nuevo ambiente.