No es la primera vez que oigo como una persona se obsesiona porque su padre o su madre han padecido alguna enfermedad y viven con el temor de sufrir lo mismo. Está claro que no debemos de obsesionarnos porque no nos conduce a nada bueno, pero sí revisarlo bajo control médico.
Las revisiones pueden sacarnos de muchos apuros, aunque también es cierto que en ocasiones dejamos pasar tiempo antes de visitar al médico. Pero lo que nos ha llevado hasta aquí son las enfermedades hereditarias, que se caracterizan por pasar de una a otra generación, dentro de la familia.
Una de las enfermedades más comunes es la diabetes o la hemofilia. Además, las enfermedades del corazón también suelen estar presentes en la herencia, pero sí es cierto que acudiendo al cardiólogo y llevando una vida sana, con una dieta saludable y lejos del tabaco, podremos mantenerla a raya.
El asma también suele ser otra de las enfermedades que pasan de padres a hijos o quizás de abuelos a nietos, como ha pasado en nuestra familia. La depresión y algunos tipos de cáncer completan esta lista.