Si después de un largo día de trabajo, atendiendo a los niños y la casa, ves que estás agotada, que te notas más nerviosa que nunca, entonces debes de intentar buscar unos minutos, justo antes de irte a dormir, para hacer unos sencillos ejercicios de respiración.
Aunque parezca mentira, con solo respirar bien, podemos disminuir nuestro estrés y nerviosismo. Empezaremos poniéndonos de rodillas, sobre un cojín o algo cómodo y empezaremos a respirar por la nariz, poco a poco y lo iremos soltando de igual manera, por la boca.
Luego, nos sentaremos sobre la misma zona cómoda y pondremos los codos sobre nuestras rodillas, apoyando la cabeza sobre las manos y con los ojos cerrados, comenzaremos de nuevo a respirar por la nariz para soltarlo por la boca.
Ya por último, el tercer ejercicio que os proponemos hoy, es, de pie, los pies bien apoyados al suelo y las manos en las caderas. Cada vez que inspiremos, debemos de hacer una pequeña presión sobre nuestras caderas. Haremos el efecto contrario al expulsar ese aire. Seguro que con un poco de constancia, hará que aprendamos a respirar mucho mejor.