Cómo reducir el estrés en un atasco

 Los que tenemos el trabajo en el centro de una gran ciudad, tenemos que sufrir cada día, los atascos que se producen tanto cuando entramos en ella, como cuando salimos. Es una situación incómoda que nos puede acarrear un estrés innecesario, por eso, vamos a evitar este mal e intentar relajarnos.

 

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Estar parado en un atasco, nos hace pensar en los problemas y nos causa una sensación de agobio y ansiedad, que tenemos que evitar a toda costa. A veces, no es fácil, pero tenemos que intentar relajarnos y aprovechar esos momentos para pensar en planes futuros, que nos levanten el ánimo.

 

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Poner música que nos guste y nos evada, además, haremos ejercicios de respiración para que nos vayan relajando poco a poco. De nada sirve pensar en que ya teníamos que estar trabajando o en casa, cuando es el camino contrario…esto solo hará que nos pongamos más nerviosos.

 

técnicas de respiración

 

Así que, eliminaremos todo tipo de pensamiento de esta índole. No haremos nada más que ponernos peor, así que, tendremos que afrontar la situación como es, un tiempo que tenemos para nosotros mismos, con música y un ambiente relajante…aunque no podremos relajarnos mucho, que estamos ante un volante.

Ejercicios de respiración para relajarse

 Si después de un largo día de trabajo, atendiendo a los niños y la casa, ves que estás agotada, que te notas más nerviosa que nunca, entonces debes de intentar buscar unos minutos, justo antes de irte a dormir, para hacer unos sencillos ejercicios de respiración.

 

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Aunque parezca mentira, con solo respirar bien, podemos disminuir nuestro estrés y nerviosismo. Empezaremos poniéndonos de rodillas, sobre un cojín o algo cómodo y empezaremos a respirar por la nariz, poco a poco y lo iremos soltando de igual manera, por la boca.

 

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Luego, nos sentaremos sobre la misma zona cómoda y pondremos los codos sobre nuestras rodillas, apoyando la cabeza sobre las manos y con los ojos cerrados, comenzaremos de nuevo a respirar por la nariz para soltarlo por la boca.

 

trucos sencillos

 

Ya por último, el tercer ejercicio que os proponemos hoy, es, de pie, los pies bien apoyados al suelo y las manos en las caderas. Cada vez que inspiremos, debemos de hacer una pequeña presión sobre nuestras caderas. Haremos el efecto contrario al expulsar ese aire. Seguro que con un poco de constancia, hará que aprendamos a respirar mucho mejor.