Como todo en esta vida, el consumo moderado de hidratos no es muy saludable. Las dietas que más efectividad están teniendo son las que están compuestas por apenas llevar este ingrediente. Claro está que como bien decimos, no podemos abusar de ellos pero tampoco quedarnos cortos porque, en sus dosis justas, pueden aportar enormes beneficios ya no solo en la dieta sino también en nuestro cuerpo en general. Cuando disminuímos la cantidad de hidratos, el cuerpo apenas tiene energía. Es por ello que nos sentiremos más cansados que nunca y sin apenas hacer grandes esfuerzos. Así que, aquí ya tenemos el primer problema que tendremos que corregir.
Claro que al no contar con la energía de siempre, también nuestros músculos se van a resentir y ya no podremos seguir el ritmo diario. Si el cuerpo lo nota tanto, la mente no se va a quedar atrás. Por lo que de nuevo el rendimiento de tu cerebro no estará a pleno funcionamiento. De esta manera vemos cómo el cuerpo también necesita una cantidad de hidratos que hagan que todo se vuelva a estabilizar para que el funcionamiento así como el rendimiento sea el de siempre. De esta manera, puedes eliminar casi en su totalidad la harina, la bollería y con ella el azúcar blanco. Pero por otro lado, puedes seguir tomando platos de pasta en cantidades razonables, así como cereales y combinando todo ello con más frutas y verduras.