Cada vez que vamos a la piscina o a la playa y tomamos el sol, protegemos nuestra piel con los bronceadores, por lo que también debemos de proteger alguna que otra zona tan sensible como son los ojos. Si queremos aprovechar el verano, entonces debemos de tener en cuenta unos ciertos cuidados para que tanto nuestra piel como nuestra vista esté siempre perfecta. Para ello, la primera medida que debemos de emplear es el uso de gafas. Claro que no sirven unas cualquiera sino las que están homologadas y si hablamos de las gafas de buceo también nos tienen que proteger de los rayos UVA. Si nos bañamos en lugares públicos, lo mejor es no abrir los ojos bajo el agua si no llevamos las gafas pertinentes.
El contacto del agua con nuestros ojos, podría afectarlos desde un ligero dolor, lagrimeo y enrojecimiento hasta la aparición de ciertas enfermedades de carácter leve pero que son bastante incómodas de tratar. Por ello, tanto para tomar el sol como para meternos en el agua necesitamos de la protección necesaria y si va acompañada de un gorro, mucho mejor. Todas las precauciones son pocas y de ahí que cada mínimo detalle puede ser crucial para mantener una salud de hierro también en verano.