A algunos les encanta el yogur y otros los odian. Sin embargo, se aconseja el consumo regular de este alimento, teniendo en cuenta que proporciona nutrientes extremadamente importantes para el organismo y que son indispensables para una alimentación sana.
Al no ser nada parecido al alimento que hoy es, las referencias a la leche fermentada que está en el origen del yogur se remontan a la antigüedad, y la tradición de su confección se ha transmitido oralmente a lo largo de los cultivos. De hecho, hay palabras sobre los alimentos precursores del yogur en las civilizaciones más diversas de la antigüedad, como mayzoom en Armenia, kast en Persia, benraib en Egipto o yoguut en Turquía.
Por lo demás, la palabra yogur es de origen turco. Se llama yogur un producto fresco obtenido por acción fermentativa de las bacterias lácticas (llamadas fermentos) Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus termophilus sobre la leche, por lo que el yogur es un derivado. Estas bacterias lácteas deben estar vivas y en gran cantidad (107/g o más) en el producto final hasta la fecha límite de consumo.
Esto garantiza sus propiedades activas para la salud del organismo. Esta definición de yogur es compatible con la legislación vigente. Como un derivado, es decir, producido a partir de la leche, el yogur hereda sus beneficios nutricionales. El consumo regular de yogur es muy interesante desde el punto de vista nutricional, teniendo en cuenta que proporciona nutrientes muy importantes para el organismo.
Nutrientes del Yogur:
Muchos de ellos son indispensables para una alimentación sana.
- Proteínas de alto valor biológico, ricas en aminoácidos esenciales, de calidad equivalente a la de la carne, el pescado y los huevos.
- Minerales, de los que destaca el calcio, que tiene la particularidad de presentar una alta biodisponibilidad, siendo fácilmente cedido y absorbido por el organismo, lo que no sucede con otras fuentes de calcio que no son derivados de la leche como, por ejemplo, los vegetales. De este modo, el yogur, el queso y la leche son los alimentos que más activamente contribuyen a la calcificación de los huesos en todas las etapas de la vida, previniendo la osteoporosis.
- Vitaminas, especialmente del complejo B, pero también la vitamina A.
Además, el yogur es un alimento con buena digestibilidad, con una buena tolerancia digestiva (aunque contiene lactosa, el yogur puede ser una opción para ciertas personas que tienen dificultades para digerir este azúcar, ya que las bacterias lácticas del yogur ayudan a separar la lactosa de los dos azúcares que la componen, la glucosa y la galactosa). Además, tiene efectos beneficiosos intestinales que ayudan a mejorar el funcionamiento del intestino.
Quién debe consumir yogures
Está claro que el yogur es un alimento con alto valor nutritivo que se recomienda en todas las edades (desde la infancia a la tercera edad), en determinados estados fisiológicos (embarazo, lactancia y menopausia) y aún en la exigente alimentación de los deportistas (siendo un importante valor añadido importante para su alimentación diaria).
Yogures en las dietas
En la actualidad, existe una creciente conciencia de la necesidad de llevar a cabo dietas con rigor y criterio, ya que la eliminación de determinados alimentos implica una escasez nutricional grave, con las consecuencias perjudiciales para la salud que ello podría tener. La leche y sus derivados (yogur y queso) no son alimentos que deben eliminarse cuando se inicia un régimen. Por el contrario, como se desprende del análisis de sus beneficios nutricionales.
Al incluir alimentos tan ricos como la leche y sus derivados en una dieta hipocalórica, se evita la posible deficiencia de nutrientes clave. La leche y el yogur son, además, alimentos de bajo valor calórico, que es aún menor si la opción recae sobre la variedad light.
Los yogures y leches delgadas tienen la misma riqueza nutricional que los que se presentan en la variedad semidesnatada, con un contenido de grasa inferior. Por lo tanto, son la opción para un aporte calórico aún menor.
Los diferentes tipos de yogur
Hoy en día, podemos producir yogur de excelente calidad, todos ellos manteniendo los beneficios nutricionales del mejor yogur. De hecho, ofrecemos yogur para los gustos más exquisitos y exigentes. Después de los clásicos yogures naturales, de aromas y de trozos, tenemos hoy a disposición yogures líquidos, magros, probióticos, bicompartimentados, de pura pulpa de frutas y cremosos, entre otros.
El yogur fermentado es el más común. El yogur pertenece estrictamente a la familia de las leches fermentadas. Sin embargo, el término yogur (como se desprende de la definición de yogur presentada) se utiliza únicamente si se utilizan en la fermentación las bacterias Lactobacillus Bulgaricus y Streptococcus Termophilus.
La leche fermentada propiamente dicha se obtiene de la leche por fermentación de otras bacterias lácteas (en presencia simultánea o no de bacterias específicas del yogur), como el Bifidobacterium longum o el Lactobacillus acidophilus. Lo que distingue un yogur de una leche fermentada son, por tanto, las bacterias utilizadas para la fermentación.
Mejor conservación del yogur
El yogur es un producto que necesita mantenerse refrigerado entre 0 y 6° C para mantener su validez. El tiempo de conservación es aproximadamente 28 días después de la fabricación.