Aunque ya no hay que recordar lo malo que es este hábito, ahora también podemos decir que el humo que sale de un cigarrillo, puede empeorar a aquellos que son alérgicos por varios motivos que ahora vamos a comentar. Qué mejor que haber empezado este año para proponernos una vida lejos del humo.
El tabaco, al contener sustancias químicas, pueden irritarnos la garganta y las vías respiratorias, es por ello, que quedan mucho más vulnerables a los indicios alérgicos, viendo así, como los síntomas se van agravando.
Los que tenemos alergia al polen, vemos como cada primavera, padecemos un sufrimiento, en el cual, la congestión nasal, que viene acompañada de estornudos y de ojos llenos de lágrimas, se puede ver disminuidos, si dejamos el tabaco.
Ádemás, no solo los fumadores pueden notar este empeoramiento, sino, lo que son fumadores pasivos, también forman parte de ello, pero en un grado menos que los anteriores. Cuando abandonamos este hábito, nuestro cuerpo se vuelve más fuerte y menos propenso a padecer ciertas enfermedades.