La fiebre puede aparecer por varios motivos pero en todos ellos, la pérdida del apetito es notable. En la mayoría de los casos, son situaciones que duran muy pocos días y por eso, hay que prestar especial atención a todo aquello que consumimos.
Una de las primeras cosas que debemos de hacer es alimentar nuestro cuerpo con abundantes líquidos. Lo mejor para apaliar la sed son los zumos naturales, ya que con ellos estaremos tomando todas las vitaminas necesarias.
Caldos de verduras o puré de patatas también son aconsejables en este estado. Las verduras frescas y también un poco de azúcar en forma de galletas, pueden ayudarnos mucho.
Lo que no debemos de consumir o intentaremos evitar durante este período, será la sal y los alimentos muy grasos en general. Siempre es mejor aquellos que son de fácil digestión.