Sin duda, el masaje es siempre sinónimo de relajación y muchas veces es una cura para llevar una vida más tranquila. Algunos otros, pueden evitar la aparición de las arrugas. Estos últimos son los denominados masajes faciales y los que hoy nos ocupan este breve espacio.
En cualquier centro de estética, podrás informarte sobre ellos, pero si quieres practicar en tu casa ponte manos a la obra. Lo primero que tienes que hacer es aplicar sobre tus manos una crema hidratante para que el masaje sea más fácil.
Comenzaremos por la zona del cuello, al que iremos dando suaves masajes, con las yemas y siempre de manera ascendente. Éstos irán destinados hacia el mentón, pero sin hacer presión, solamente deslizando los dedos.
A partir de aquí, subiremos hasta la sien con movimientos circulares y ascendentes, como hemos dicho. Podrás pararte en las mejillas y dar pequeños toquecitos con las yemas. La zona de los ojos, la repasaremos haciendo círculos y seguiremos subiendo hasta la raíz del pelo.