La música es otra forma de vivir, de olvidarnos de los problemas durante un buen rato y de terapia contra en estrés. Todos estos beneficios se contraponen con un daño que puede ser realmente perjudicial para nuestra salud y es por ello, que tendremos que tomar ciertas medidas.
A la hora de ponernos nuestros auriculares, aumentamos considerablemente el sonido de los mismos, para dejarnos envolver con la música, pero esto no es del todo recomendable. Por culpa de un volumen demasiado exagerado, podemos perder células nerviosas y provocar que la información no llegue a nuestro cerebro.
Se compara este daño con el que nos acarrearía si estuviésemos cerca del motor de un avión. Podemos hasta sufrir una sordera temporal, es por ello, que seguiremos escuchando música pero dentro de un límite si excedernos, para evitar males mayores.
Debemos de advertir a nuestros jóvenes sobre este peligro, para así, poder preservar su salud. Recordamos que los daños llegan cuando los decibelios llegan a los 90.