Si hacemos caso de todo y de todos, nuestra vida se nos llenará de un continuo estrés y nos bloqueará para hacer otras cosas que realmente son necesarias. Todo lo malo que esté en nuestras manos, debemos de ahuyentarlo y quedarnos siempre con lo bueno.
No siempre es fácil, pero hay que intentarlo. No podemos cambiar ciertos aspectos de la vida, pero sí verlo todo de otra manera. Aquellas personas que nos hacen daño, tenemos que apartarlas por muy doloroso que sea y todas las acciones en las que tengamos algo de poder.
Para no agobiarse, hay que aceptar las cosas, no pensar en un antes ni en un después ya aprovechar el momento, vivir al máximo lo que tenemos cada día, aprovechando todos los minutos, que son serán de mucha utilidad. La meditación es una técnica que nos ayudará a relajarnos, por lo que la ansiedad se reduce, al mismo tiempo que disminuye el ritmo cardíaco
Dar un paseo todos los días e intentar reirnos, ya que la risa es otro de los factores que no pueden faltar en nuestro día a día. Además, no podemos perder nunca la esperanza y autoconvencernos de que lo malo no nos va a durar toda la vida.