Muchas veces ocurre que nos encanta alguna comida pero nos resulta pesada y estamos con malestar todo el día. Quizás, tenemos que buscar la forma para que no esto no ocurra y poder disfrutar de nuestras comidas favoritas.
Las verduras tienen que estar presentes en nuestra dieta, pero muchas de ellas no nos sientan como esperamos. La lechuga puede darnos hinchazón, por eso, podemos cambiarla por rúcula o quizás espinacas.
Los pimientos también tienen a ser un alimento pesado en cuanto a digestión, por lo que debemos de probar todas sus variedades: el rojo, amarillo o verde, para ver cuál nos sienta mejor y optar por hacerlos asados.
Lo mejor es que las verduras estén bien cocidas y si no las toleras así, mejor hacer un buen puré. Los huevos, mejor en tortilla, ya que al estar batidos, nuestra digestión será más suave.