Cuando damos el paso firme de ponernos a hacer deporte con un severo entrenamiento y no vemos los resultados…la desesperación no no tarda en llegar. Antes de este momento, tendremos que analizar el por qué no conseguimos nuestras metas y claro está, algo hacemos mal.
A la hora de entrenar es mejor no hacerlo siempre al mismo ritmo, ya que el cuerpo se acostumbraría a ello y si algún día quisiéramos cambiar, el cansancio seguro que se llevaría por delante todo nuestro trabajo.
Acuérdate de dormir y descansar lo suficiente, ya que el cuerpo tiene que reponerse de las jornadas de duro ejercicio, además de una buena hidratación, tanto antes como durante el entrenamiento.
Tendremos que llevar una constancia, no vale de nada que un día nos pongamos un par de horas si luego estamos muchos días sin hacer nada de nada. Lo mejor es planificarlo y si es en compañía mucho mejor para motivarte, por eso, tenemos que ser positivos y que esto no se convierta en el centro de atención de nuestra vida.