No solo tiene importancia la manera en que cocinamos los alimentos, sino en las ollas que lo hacemos. Así, debemos de conocer que cada una, de todas las disponibles en el mercado, tienen unas cualidades que pueden mantener o mermar las propiedades nutritivas de los alimentos.
Las antiadherentes se usan para cociones lentas, con el fuego bastante bajo, ya que al estar recubiertas de una especie de plástico, si le damos más temperatura, podría deshacese e impregnar los alimentos con una esencia bastante tóxica.
Por el contrario las de inox, están destinadas para comidas mucho más rápidas, aunque no se aconseja cocinar alimentos salados como el bacalao o diversas carnes. Con las de vidrio, podrás hacer salsas pero mejor que estés pendiente de que no se quemen. Las de hierro, son realmente de toda la vida y nuestras abuelas siempre cocinaban en ellas platos como, lentejas o guisos de una manera muy saludable.
Con las de aluminio hay que tener cuidado al lavarlas, ya que si las rascamos mucho, éste puede ir despegándose y meterse en la comida. Como ves, un alimento puede mantener sus beneficios o disminuirlos según la olla en la que se cocine.