Está basado en ciertos estudios que cuando menos se duerme, se engorda más. Hoy vamos a comentar lo que hace que esta frase tenga su sentido y podamos cambiar nuestros hábitos y de toda la familia para que se sientan con mucha más energía, sin tener que recurrir a los atracones de comida.
Todo esto comienza en la infancia, ya que, los niños que tienen a ser más gordos, son los que acarrean problemas de sueño, no descansando las horas necesarias para reponerse tras un día de esfuerzo, por eso, no necesitan muchas horas extra, sino, solo una más, para tener el problema controlado.
Se considera que una persona que duerme menos de 8 horas, tiene una serie de alteraciones en su cuerpo que la lleva a comer más, ya que trata de tomar las calorías necesarias que le aporten esa energía que no ha conseguido tras el sueño.
Si no duermes bien, tendrás más apetito, pero no de alimentos saludables, sino de azúcares y productos que harán que subas de peso automáticamente. Para descansar mejor, debemos de hacer algún ejercicio como bicicleta o caminar, además, podremos atención en el desayuno, eliminando los azúcares e incorporando más fruta. Un baño caliente antes de dormir y acostarse a una fija todos los días hará que recuperes tu energía, descansando.