Cuando somos padres primerizos, siempre nos asaltan un montón de dudas sobre cómo cuidar a nuestro bebé. Una de ellas es si debemos de acudir rápidamente cada vez que éste llora o debemos dejarlo un rato más, hasta que el sueño se apodere de él.
Cuando el niño llega a los cinco o seis meses, ya duerme más horas que de recién nacido, aunque no siempre es así y hay muchos que todavía tienen un sueño alterado. ¿Qué haremos cuando esto sucede?, pues numerosos estudios han dictaminado que es mejor dejar que el niño llore un rato más.
Con este gesto, él entiende que deberá hacerlo por sí mismo y si, cada vez que llora, acudimos al momento, entonces, él no intentará rendirse. Sé que al principio cuesta no ir en su busca, pero poco a poco, veremos como el niño también reacciona y se dormirá antes de lo que pensamos.
Lo ideal es acostarlo siempre a una misma hora y dejar que, con calma, el niño se adapte a dormirse por sí solo. Cuando lo hayas acostado, si llora, espera unos minutos…podrás entrar a tranquilizarlo pero sin cogerlo en brazos. Tampoco es cuestión de dejarlo mucho rato llorando, sino de ir introduciendo esta técnica paso a paso.