Ahora que disfrutamos del verano, del agua y las altas temperaturas, tenemos que tener especial cuidado con nuestros oídos, ya que son muy sensibles al agua y a los cambios bruscos de temperatura. Los síntomas son el dolor e inflamación, así como una especie de pus de color verdosa.
Pero antes de llegar a ello, debemos de pensar en unos ciertos cuidados. Cada vez que salgamos del agua, debemos de limpiar el exceso de la misma, prestando especial atención al oído.
Si todavía estamos en la playa o piscina, bastará con pasarle la toalla, pero al llegar a casa, lo mejor es pasar el secador del cabello, de una manera suave. Al igual que el esta parte, la nariz tiene que estar también limpia de impurezas, por ello, se recomienda sonarse, por si nos entró algo de agua.
Evita el agua muy fría y todas aquellas que no estén perfectamente limpias, ya que puede acarrear ciertas bacterias que desencadenas la infección del oído. Con un poco de precaución podremos cuidar nuestros oídos.