En mi caso, lo de tener la tensión baja me viene de familia, ya que es algo con lo que he convivido desde hace mucho años. Cuando una persona tiene la tensión baja, es un seguro de vida, aunque los síntomas que esto conlleva, digan lo contrario.
Sabremos que tenemos la tensión baja porque nuestro rostro se verá siempre muy pálido y te notarás cansada, además de sentir vértigos, visión borrosa y hasta, en algunos casos, desmayos, puesto que, la sangre que tendría que llegar a nuestro cerebro lo hace de una manera más lenta o en menos cantidad.
Algunas veces, la tensión baja se debe al bajo nivel de azúcar en la sangre, problemas del corazón o una dieta a la que le falta proteínas y vitaminas. Un poco de sal bajo la lengua es uno de los remedios caseros más eficaces.
Tomar zumo de limón todas las mañanas en ayunas e infusiones de diente de león. Además, tendremos que incluir en nuestra dieta más proteinas como las que tienen la carne de riñón o el hígado. Dormir con la cabeza un poco elevada y aumentar el consumo de vitamina C.